Sí, qué bonita la vida cuando eres feliz, cuando
eres libre, cuando te sientes viva
jueves, 15 de junio de 2017
Ahora
que lo pienso, qué duro ha sido este invierno ¿verdad? Las largas horas a
solas, la eterna espera de todo aquello que no llega y, aun así, esperas. El
deseo inalcanzable de lo que nunca fue posible. La melancolía. La nostalgia. El
agudo dolor cuando lo más frágil se rompe. La caída. Aquel oscuro abismo. Las
frías lágrimas que no calentaban el alma. La lluvia en el corazón. Los sueños
que se desvanecían cada mañana. Y millones de recuerdos que querían salir, pero
no los dejaba. Sí, qué duro ha sido este invierno. Pero, ¿sabes qué? Que el
verano ya ha llegado, y qué bien sienta el calor en el cuerpo, la suave brisa
tardía como una ráfaga de esperanza de que mañana, será otro buen día. Qué bien
sienta el saberse libre de todo aquello que una vez causó dolor. De volar de
nuevo. De hacerlo sola. De no tener más miedo. Qué bien sienta quererse a uno
mismo. Quitarse un peso de encima que no sabías que llevabas. Mirar
directamente a los ojos de la gente y no tener miedo, ni dudas, ni preguntas.
Volver a respirar profundo, como una calada que penetra bien adentro y sabe a
felicidad. Qué bonito es desprenderse de aquello que sobra, de lo que no suma,
de lo que pesa sin saberlo. Qué bonito gritar a pleno pulmón, correr sin rumbo,
no esperar nada. Qué hermoso el camino que te enseña y te reinventa. Qué
belleza la puesta de sol en el mes de junio, los días largos, la melena suelta,
las duchas frías, la vida.
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