A medio camino,
justo entre las ganas de retroceder y de
continuar,
en ese momento en el que simplemente no sabes
y no piensas para no
hacerte daño.
Demasiado tarde para regresar,
demasiado pronto para salir
corriendo.
Sin haber terminado,
y aún lejos de volver a empezar.
Ahí, en ese
limbo de la vida
en el que no sabes bien a ciencia cierta si sí o si no.
Quizás. Porque es verdad, quizás
el camino siga hacia delante,
mis pasos sigan
rectos y encuentre esa salida al mar que tanto ansío.
O quizás no llegue nunca,
me pierda en estos pensamientos que me ocupan
la mitad de las energías y de mis
días.
Quién sabe. Tal vez. Pero en eso consiste la vida.
En un momento de
destello, y cien días de ilusión.
En un sueño y muchas metas.
En un resbalón.
Miles de lágrimas, de errores,
y un perdón.
En mil sentimientos y un solo
corazón.
Qué bonito vivir, o quizá no.
Entre tonos grises, o a todo color,
ya
no recuerdo cómo era mejor,
si vivir mucho en poco tiempo
o si vivir poquito a
poco pisando el freno.
Hace tiempo que no distingo,
que no acepto, que no
acato,
que doy vueltas, que no avanzo.
Qué curioso, tan lejos como voy,
y al
final, vaya donde vaya, aquí estoy
en el mismo punto; en ese en el que,
simplemente,
ya no sé si seguir o volver,
si podré avanzar, o me caeré,
si podré volver, o me perderé
A medio camino, casualmente como al principio.
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