Puedo contarte historias muy tristes como por ejemplo la de
aquella niña problemática a la que le tacharon de no tener carácter, y como
consecuencia, se forjó una personalidad demasiado fuerte, demasiado complicada
para aceptar la normalidad como modo de vida. O aquella de la adolescente que
perdió su virginidad con un niñato que se creía tan adulto como para darle un
cabezazo por no saber dónde había estado,y como consecuencia, la adolescente
dejó de creer en el amor. Es más, conozco otra, la de una joven que al volver a
casa, estando en su portal, un extraño le bajó los pantalones y la empezó a
tocar. Ella no llevaba falda, ni larga ni corta, sino pantalones y era ya de
día. Y como consecuencia, la joven se dio cuenta de que las cosas más terribles le pueden
pasar a cualquiera cuando menos se lo espera. Incluso podría contarte esa que
ya conoces, la de la mujer que trabajaba moldeando palabras y luego no las
decía nunca, y como consecuencia, ella aprendió que si no eres valiente cuando debes
serlo, pierdes más que si lo hubieras sido.
Son historias tristes, que le pueden pasar a cualquiera,
puedes verlas escritas en un cuento, pero no olvides que también pueden ser
reales. Intenta aprender de ellas, intenta que no te pasen, pero si, Dios no lo
quiera, suceden, recuerda a la niña que salió adelante, a la adolescente que
años más tarde encontró el amor, a la joven que no perdió la sonrisa ni las
ganas de seguir viviendo o a la mujer que se hizo valiente. Trata de hallar
siempre una forma de salir de tus problemas, intenta aprender algo nuevo cada
día, y si de verdad quieres conseguir algo, lucha con todas tus fuerzas y lo
acabarás logrando. La vida puede verse muy negra en algunos momentos, como si
la luz se hubiese apagado y el camino se hubiera borrado, párate un segundo si
quieres, o los que hagan falta, inspira hondo, y continúa, porque tarde o
temprano, siempre sale el sol. Y si no lo ves, sé tú el sol de este mundo, y
brilla. Brilla fuerte y brilla alto porque con sus más y con sus menos, la vida
es maravillosa, y al final el dolor se irá. Enseña con orgullo las cicatrices
que te han hecho más fuerte, más sabia, más viva. Y nunca dejes de creer que
puedes conseguirlo, que estas historias que te cuento, no te desanimen. Son
historias tristes sí, pero de una vida que merece ser vivida, de una persona
que aprendió a seguir siempre hacia delante, combatiendo sus miedos, las
adversidades y el dolor con fuerza, con garra y con ilusión. Es la historia de
una persona normal de carne y hueso, como tú, que ha entendido que la vida, hay
que vivirla al 100% todos y cada uno de los días, porque no sabemos dónde
estaremos mañana y el placer que se siente al sonreír y ser feliz es más grande
que ninguna historia que haya podido ocurrir.
Puedo contarte historias muy tristes que no creerías que son
verdad, pero lo son. Lo que pretendo decirte es que no debes tener miedo a caer, a decir lo que piensas o a ser
quien eres. Pero sobre todo,
no tengas miedo de vivir
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