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sábado, 9 de enero de 2016

Lo que no te conté mientras te hacías el dormido

La silla estaba vacía antes de que te levantaras. La mesa ensuciada de tu ausencia antes de que te fueras. En mi cabeza solo resonaba el eco del silencio que hablabas. Y en tu cuerpo se dibujaba el contorno de sus piernas.
Pensabas que no me enteraba cuando cada noche abandonabas nuestra cama. Creías que aún vivía en aquel cuento de amor. No te diste cuenta de cómo me alejaba. Y tú mientras tanto, pretendías hablar de los dos.

Yo fingía que te creía y te amaba. Tú me mentías y te marchabas.
 Yo entonces ya lo sabía, y jugaba. Tú solo fingías y lo aceptabas.

Y así fue como comenzamos a evitarnos, a mirarnos y no vernos. A besarnos sin sentimientos. A engañarnos sin quererlo. O a no querernos sin remordimientos. A olvidar todos nuestros sueños. A romper aquellos secretos que un día desvelamos bajo la luna, bajo las estrellas, bajo el gélido cielo en aquel mes de enero.
Tú me besabas pensando en ella, yo te besaba sin saber ya quién eras. Qué tristeza, qué gran pena. Cómo dos amantes se esconden en la alacena. La mujer en casa llora porque ese hombre es su condena.

Una gota de vino sobre el mantel. Una lágrima resbala por su cara. Un olor amargo que le irrita la piel. Una luz largo tiempo apagada. Un sonido que retumba en su sien. Un miedo que recorre de punta a punta su alma. Un golpe que recibe otra vez. Un instante en el que queda marcada.
La mesa estaba vacía antes de que te marcharas, porque tu ausencia ya vivía en mí antes incluso de que me abandonaras. Porque el golpe con el que me matabas no me hería, la muerte ya había llegado antes incluso de tu mentira.

La mentira en la que vivía acabó con su vida. Por un hombre que se convirtió en una pesadilla. Por la pesadilla en la que cada día vivía. Por una vida a la que no veía salida. Por una salida que siempre se escondía. Por un escondite que nunca encontraba. Por un encuentro que le atormentaba. Por una tormenta que nunca arreciaba. Por un viento que nunca cesaba. Por una ruptura que siempre soñaba.

 Por un sueño que jamás se hizo realidad.




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