Quiero llevarte esta noche a dormir, envolverte entre mi
brazos y mecer tu cuerpo hasta que caiga rendido en el letargo. Ser el guardián de tu descanso
y el centinela de tus sueños. Hoy quiero mantenerme en vela, observando las
sutiles formas que dibujan tu cara, conocer cada surco, cada expresión, cada
lunar que pinta tu anatomía. Esta noche quiero acariciarte hasta que se haga de
día. Cambiar el sonido de los búhos por los ruiseñores. Esta noche la quiero
pasar a tu lado.
Quiero conducirte hasta la cama, conocer tu sitio, tu
postura, la respiración profunda del sueño más lejano, los dulces movimientos
de tus piernas entre las sábanas. Quiero ver tus ojos dormidos, tu pelo
revuelto, la piel sensible al despertar. Escuchar tu voz profunda recién
despierta, quiero amarte, de principio a
fin, de arriba abajo, desde fuera hasta el último recoveco de tu inmensa alma.
Quiero llegar hasta el fin, tumbados sobre tu cama, contemplándote sin
descanso. Quiero que seas mía esta noche, y todas las que vengan.
Quiero saber si duermes con pijama en verano, si quieres
mantas en invierno. Si te gusta madrugar o tendré que hacerlo yo cada mañana,
con un beso, con una sonrisa, o el desayuno en la cama. Quiero mirarte dormida a
escondidas, robar tu cara de ángel para guardarla en mi memoria para siempre.
Quiero hablar contigo cada noche, que sea mi voz la que te lleve a dormir.
Quiero abrazarte ocho horas seguidas para que entres en calor.
Quiero ser el primero que te vea cada día y el último cada
noche. Quiero hacerte cosquillas en los pies hasta que llores de alegría.
Quiero secarte aquellas lágrimas que sean más amargas. Darte abrazos que digan
más de lo que las palabras puedan. Quiero mirarte y decirte tantas cosas.
Quiero que tú las entiendas. Quiero que seamos dos, y uno al mismo tiempo.
Quiero que algún día seamos más. Pero dentro de un tiempo, primero, quiero
disfrutar de ti. Cada noche. Cada día. Cada instante de esta vida a la que le
has puesto sentido, luz, alegría y hasta melodía.
Quiero que seas mi princesa, y mi reina, mi amiga, mi amante
y mi confesora. Quiero que lo seas todo. Quiero ser capaz de sorprenderte
dentro de veinte años, quiero cuidarte cuando estés enferma, alegrarte si estás
triste. Darte la mano para no caer, ser tu trampolín hacia lo más alto, y quien
te espera por las noches para susurrarte que eres quien le pone sentido a todo
esto. Quiero enamorarte cada día. Quiero que nunca sepas qué es el aburrimiento
o el dolor amargo de un corazón roto. Quiero ser tu bastón cuando seamos
viejos. Quiero ver mi rostro reflejado en tus ojos historiados.
Te quiero. A ti, así, tal cual. Con tus locuras, tus
lunares, tus arrugas y todas tus imperfecciones que para mí solo te hacen más
perfecta. Te quiero con tu sonrisa infinita y tus ojos tristes. Con tu mirada
cambiante, tu risa a gritos y tus estornudos agudos. Te quiero así. Morena en
verano y pálida en invierno. Dulce, y tímida a la vez. Valiente. Luchadora.
Soñadora. Te quiero con tu estrés y tu inseguridad. Te quiero como eres, porque
para mí, eres única. Tú eres la única.
Quiero estar esta noche y todas a tu lado.
Quiero ser el guardián eterno de tu descanso.
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